domingo, 9 de mayo de 2010

documento real, cine de fantasía


No podía imaginarme que un documental sobre música me emocionaría tanto. Tres aspirantes a director de orquesta participan en una master class delante de la joven orquesta de Rotterdam, tocando piezas del gran Scriabin. Les evalúa una fiera como Valeri Guergiev que en los momentos que coge el mando con su cuerpo, sus ojos y su mente, consigue una música maravillosa, aconseja desde la experiencia del verdadero artista, corrige con firmeza y la máxima humanidad. Este documental que resulta hipnotizante cuando sólo usa el primer plano y pocos movimientos, tiene en sus extremos (presentación y final) pecadillos imperdonables como las cámaras lentas y filtros de colores...En este vídeo, que no es la mejor toma del documento, vemos al aspirante español escuchar y aprender del gran maestro.

The master and his pupil, 2003, de Sonia Herman, Holanda, vista ayer en la Filmoteca.



Y nos vamos al otro extremo del cine que es el delicioso delirio visual de Tim Burton con su diferente versión de Alice in wonderland. La historia se convierte en una aventura quizá demasiado adaptada al público joven de hoy porque peca de escenas de acción algo gastadas de los videojuegos, pero se perdona porque la potentísima plástica de la imagen bien vale la cara entrada de cine 3D. Los bosques de ensueño, los interiores entre modernos y barrocos del palacio, los encantadores animales y los juegos de cambio de escala producen un efecto enigmático. Los vestidos, lo más atractivo por el buen gusto en el uso de lo fantasioso y exagerado. Y de los actores, destacar a la reina malísima de corazones (H Bonham Carter), mi querido histriónico hatter (Johnny Depp) y olvidar el cursi papel de la reina blanca ( morritos Hathaway).


2 comentarios:

  1. Con un poco de retraso... Insinuaba en tu cesta de Navidad 2010, que me ha parecido entender que Gergiev también valora mucho la influencia de la postura y los movimientos del director en el público... La verdad es que con Gergiev parece como si lo más importante, la música, se diera por descontado, como si él fuera un depósito que la lleva toda dentro y sólo se tuviera que procupar de repartirla...

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  2. pues te aseguro que así es en este documental: yo no sé qué demonios hace con las manos y el rostro pero cuando se mueve él, parece otra orquesta.

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